martes, 12 de agosto de 2014

Picos de Europa: Santa María de Lebaña, Potes y el teleférico de Fuente Dé

Los Picos de Europa (Cantabria) es una zona preciosa a la que nos escapamos recientemente (con niños, por supuesto). Nuestra excursión duró sólo un día pero, obviamente, esta zona tiene atractivos suficientes para dedicarle muchos más. En este post os dejamos el itinerario que seguimos y algunos detalles por si os animáis a escaparos vosotros también.

Nuestra primera parada fue la iglesia de Santa María de Lebaña, un pequeño templo mozárabe del siglo X oculto entre bosques y montañas al que se llega tomando un desvío de la carretera que une las localidades de Panes y Potes. ¿Habéis visto alguna vez una imagen de la Virgen dando el pecho? Pues aquí podéis encontrar una. Entre otras curiosidades, esta iglesia alberga en su interior una preciosa escultura gótica que representa a la Virgen amamantando a su hijo. Por eso esta imagen es conocida como la "Virgen de la buena leche" y es tradición que a ella vengan a pedirle las mujeres que quieren quedarse embarazadas. 

Iglesia de Santa María de Lebaña
Virgen de Lebaña o "de la buena leche"
La visita al interior es de pago (cada 20 minutos, alrededor de 2,50€ para los adultos) pero merece la pena porque la explicación que proporciona la guía es interesante y amena, basada principalmente en detalles y curiosidades (como las "vacaciones" que se pegó la Virgen en Alicante hace unos años...) . Quizás para los niños se haga un poco pesada pero, dado que es corta, puede ser buena solución entrar en turnos mientras uno u otro se queda con ellos por los alrededores. 

Potes, zona del río
Después nos dirigimos hacia Potes, un pueblo perfecto para callejear entre sus casonas de piedra, refrescarse un poco en el río (no fuimos los únicos) y, si se va con tiempo, visitar alguno de sus museos (hay uno sobre brujería, por ejemplo). El pueblo dispone de varias zonas de aparcamiento y de muchos restaurantes así que es fácil encontrar dónde comer o tomarse algo.

La visita al teleférico de Fuente Dé, a unos 20km de Potes, nos ocupó el resto del día. A la hora de preparar la visita hay que tener en cuenta algunos detalles importantes*: 
  • El tiempo de espera: la subida en el teleférico no es inmediata debido a la gran cantidad de visitantes y normalmente hay que esperar tanto para subir (en nuestro caso alrededor de hora y media) como para bajar (algo más de dos horas). Estas esperas pueden alargar bastante la visita así que os recomendamos que no vayáis con el tiempo muy justo y que os informéis antes de subir.
  • El orden de subida y de bajada: al comprar los billetes les asignan directamente un número de orden para la subida pero, una vez arriba, es necesario pedir al empleado responsable que les asigne un número para la bajada (en ese momento conoces el tiempo que tendrás que esperar). Por lo tanto, si no queréis tener que esperar más de la cuenta arriba, es recomendable pedir número para la bajada nada más subir (en nuestro caso, se solicitaba a un empleado que estaba detrás de una mesa junto a la puerta de acceso al teleférico... ¡nada que pareciera muy oficial!)
  • Tanto en la zona de subida como en la de bajada se informa por megafonía de los números que incluye cada turno así que hay que estar atentos y tratar de medir bien el tiempo de espera (el orden va corriendo de 40 en 40 números). 
*Hay que tener en cuenta que nosotros hicimos la visita en agosto; es posible que fuera de la temporada de verano no haya tantos visitantes. 

Durante la espera hay bastantes opciones para entretenerse con los niños, aunque algo condicionadas por el clima (nosotros tuvimos suerte y pudimos esperar al aire libre). La zona de abajo dispone de un enorme espacio verde natural, además de una cafetería y servicios públicos. También se encuentra allí el parador de Fuente Dé y, junto a él, un museo dedicado al oso llamado "La casa del oso". En ese misma zona, frente al parador, hay una pequeño parque infantil desde el que puede verse cómo sube y baja el teleférico (a ver si lo encontráis en la foto). 

Una vez arriba, además de disfrutar del paisaje y darse un paseo (el camino es sencillo para hacerlo con niños), según la hora a la que subáis podéis aprovechar para hacer un pic-nic o una merienda al aire libre. No obstante, si queréis tomar algo a cubierto también hay una cafetería-restaurante y una zona interior habilitada con mesas. Ah, ¡y cabras! Veréis un montón de cabras que vienen y van y se acercan a los visitantes sin temor alguno. 

Respecto a la subida en sí, el desnivel es de unos 750 metros y la cabina salva esa distancia en 3 minutos y 40 segundos, a unos 10 metros por segundo. El recorrido impresiona, pero el hecho de que en cada cabina viajen 20 personas limita bastante poder disfrutar de las vistas (intentad colocar a los niños en los laterales o no verán nada).  

No obstante, a pesar de los inconvenientes merece la pena subir así que si os animáis a visitar la zona ¡incluidlo en vuestros planes! 

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Pros: el entorno, la subida y el paisaje desde arriba. A los niños les sorprenderá.

Contras: el precio del billete (i/v 16€ adultos, 6€ niños 6-12 años, menores de 5 años gratis) y la falta de información sobre los tiempos de espera. Id preferiblemente por la mañana y llevad recursos por si os toca esperar más de la cuenta.


Más información:  
Santa María de Lebeña
Potes
Teleférico de Fuente Dé


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